A veces intentamos salir de un callejón sin salida y no nos damos cuenta que es solo cuestión de saber esperar porque igual la solución está más cerca de nuestras manos de lo que esperamos.
Mis ojos, solo tengo mis ojos para encontrar el horizonte. La luz, a veces, solo ilumina esa parte del camino que quiero ver, no la correcta. Y sigo buscando.
Espero que esta nueva aportacion os guste.
No me olvido de mis objetos, bueno, yo los llamo míos. Por esa razón, esta vez pensé en este farolillo y en como un poco de luz puede guiarte el camino y aciertas a verlo o por el contrario mantienes esa ceguera.
El otro día un amigo me dio el capricho de prestarme sus manos para esta fotografía, quería compartirla con vosotros.
Creo que las manos, muchas veces, hablan por nosotros.
Las vi, caminando la una junto a la otra, agarraditas del brazo, como si lo llevasen haciendo toda la vida y tuve que capturar etsa escena, me pareció de los mas dulce y un mensaje de lealtad.
Siempre hay una imagen esperándote, a ti y a cientos de ojos mas tras sus camaras que desean capturarlas, hacerlas suyas. Eso me ocurrió el otro día. Vi estas farolas, como tantas otras, desfilando para mi y no pude evitar la tentación.
Espero que os guste.